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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 20/08/2015

AMBIENTACIÓN
Es verano e intentamos descansar de todo; y ahora venimos aquí, como cada semana, para descansar en Ti, Señor. Venimos con el corazón lleno y queremos abrirlo para Ti, que no dejas de llamar. Te pedimos Señor que serenes todo lo que nos inquieta para poder escucharte y pasar un rato tranquilo contigo, como un niño en los brazos de su madre.

Comenzamos con Francisco diciendo: Oh alto y glorioso Dios…

Canto: Entra en mi noche

PRIMERA LECTURA Levítico 26, 3-12
“Si seguís mis leyes, y cumplís mis mandamientos y los practicáis, yo os enviaré la lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán su fruto; tendréis trigo hasta el tiempo de la vendimia, y uvas hasta el tiempo de la siembra; comeréis pan hasta quedar satisfechos, y gozaréis de tranquilidad en el país. Os daré bienestar en el país, y dormiréis sin sobresaltos, pues yo libraré al país de animales feroces y de guerras. […] Os miraré con buenos ojos, os haré crecer en número y mantendré con vosotros mi pacto. Comeréis del trigo almacenado en años anteriores, y hasta tendréis que desalojarlo para almacenar el trigo nuevo.
Yo viviré entre vosotros y no os rechazaré; constantemente andaré entre vosotros, y seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo”.

Canto: Laudate omnes gentes

NOTICIA
Agosto te lleva a charlar con muchas personas, con viejos amigos y conocidos. Tras la jovialidad inicial del reencuentro, cuando van enseñando su verdad, sorprende la abundancia de grietas interiores, como si una epidemia de tristeza e insatisfacción se hubiese propagado por las sociedades opulentas del siglo XXI.
En los casos más serios sufren la embestida de la depresión. Otros, cruzado ya el ecuador de su vida, parecen decepcionados con su balance existencial y mastican un dolorido amargor contra todo y todos. Muchos son incapaces de conformarse con unas existencias plácidas. La niebla de malestar de la que hablo empaña también el ánimo de parejas de altos funcionarios con red de seguridad, de ancianos con vida resuelta, de matrimonios consolidados que a lo lejos parecen un éxito, de mujeres solas de altísimo reconocimiento profesional. Este río subterráneo de malestar me temo que se apellida soledad, loca envidia materialista y pérdida de valores. Soledad: como esos amos del universo que arriban a su casa exhaustos y solo los aguardan un perro, el móvil y una botella cara de vino; como esas viudas con hijos que solo les rinden –rendimos– visitas contrarreloj, ancianas cuya melancolía anestesian algunos médicos de familia con el gatillo de los tranquilizantes.
Envidia: el consumista atolondrado que cree que solo será feliz cuando pueda ir al súper de la esquina en un descapotable de último modelo, el envidioso desolado ante el éxito ajeno.
Pérdida de valores: la ausencia del consuelo de la fe, que aliviaba ante el telón definitivo; la disolución del sentido del deber, que sume al ser humano en una ociosidad que solo lo lleva al aburrimiento y la insatisfacción; el declinar de la familia tradicional, un salvavidas maravilloso armado solo de afecto.
Pero no pasa; El problema es viejo como el hombre. Ya Sócrates y Aristóteles filosofaron sobre ello, para concluir que no hay felicidad «sin virtud y esfuerzo serio». Tolstoi, que creo que acertó, advertía que la clave es no ponerse metas muy altas. Quién sabe... cada uno tiene su fórmula. Mientras tanto, tantas personas cercanas siguen luchando a brazo partido contra los zarpazos de una fiera melancolía. Que se irá. 

Canto: Dios está con los humildes

SEGUNDA LECTURA Carta de Tito 3, 1-8
Recuérdales que se sometan al gobierno y a las autoridades, que sean obedientes y que siempre estén dispuestos a hacer el bien. Que no hablen mal de nadie, que sean pacíficos y bondadosos, y que se muestren humildes de corazón en su trato con todos.
Porque antes también nosotros éramos insensatos y desobedientes a Dios; andábamos perdidos, y éramos esclavos de toda clase de deseos y placeres. Vivíamos en maldad y envidia, odiados y odiándonos unos a otros. Pero Dios, nuestro Salvador, mostró su bondad y su amor por la humanidad, y nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho nada bueno, sino porque tuvo compasión de nosotros. Por medio del lavamiento nos ha hecho nacer de nuevo; por medio del Espíritu Santo nos ha dado nueva vida, para que, hechos justos por su bondad, recibamos la vida eterna que esperamos.
Esto es muy cierto, y quiero que insistas mucho en ello, para que quienes creen en Dios se ocupen de hacer el bien.

Canto: Dame un guía

PETICIONES Y PADRENUESTRO

SALIDA
Señor, también nosotros muchas veces nos sentimos perdidos. Sentimos que lo que hacemos no tiene sentido, que no nos llena, que nos falta algo. Ayúdanos a descubrir que ese algo que nos falta para sentirnos completos eres Tú. Todo un Dios que nos ama, simplemente por ser, que nos llama por nuestro nombre y que nunca deja de acompañarnos. Ayúdanos a descubrirte y a descubrirnos también a nosotros, para que podamos ser apoyo para el que sufre a nuestro lado, risa con el que ríe y hermanos de todos.

Con Francisco, terminamos diciendo: Te adoramos Señor Jesucristo…