Escuela de Oración
  • Canto de entrada: Mar adentro
  • Salmo 78
  • Canto: El señor es mi fortaleza
  • Noticia: REFLEXIÓN SOBRE LAS PRIMERAS COMUNIONES
  • Canto: transforma mi mente
  • Evangelio: Juan 16, 20- 23.
  • Canto: La confianza he puesto en Dios.
  • Salida:Magnificat
    "/> Grupo de San Francisco :: Oración Comunitaria 20/05/2004
    • imagen del slider

    Datos

    Etiquetas: oración del jueves

    Oración Comunitaria 20/05/2004

  • Escuela de Oración

    • La importancia del corazón

    71.-Siempre se ha considerado el “corazón” en su sentiddo bíblico, como el lugar de la oración. El corazón es lo más íntimo de la persona, la raíz de nuestro ser, la sede de la libertad. No se ora con la inteligencia ni con la memoria o la sensibilidad. La persona ora a Dios con el corazón, y Dios “le habla al corazón” (Os 2, 16). Para orar es necesario despertar el corazón, si es que está dormido, porque vivimos en la periferia de nuestro ser, movidos sólo por lo exterior u ocupados siempre por actividades, razonamientos e impresiones superficiales. Estas han de ser nuestras primeras palabras a Dios: “Oh Dios, crea en mí un corazón puro” (Sal 51 (50), 12). “Te busco de todo corazón” (Sal 119 (118), 10).

    Reconocer la presencia de Dios

    72.- Para recuperar la oración no se necesita hablar mucho a Dios. Bastan unas pocas palabras repetidas una y otra vez, despacio y con fe. Lo importante y decisivo es escuchar y reconocer su presencia inconfundible.

    • Reconocer la presencia

    73.- Para abrirse a Dios en la oración es necesario reconocer su presencia. Una presencia que reclama nuestra libertad, despierta en nosotros la confianza y nos invita a la adhesión. Lo importante no es el razonamiento o la explicación, sino el reconocimiento y la acogida. Aceptar a Dios como raíz y sentido de nuestra existencia.

    Cuando la persona ha vivido mucho tiempo alejada de Dios y su presencia parece haberse apagado para siempre, la visita de Dios puede producirse de forma muy tenue y débil, pero muy real. Incluso cuando la palabra “Dios” ya no dice apenas nada a la persona porque se ha hecho irreconocible o poco significativa, Dios puede hacerse presente en el corazón humano. Echar de menos un sentido último, preguntarse por el misterio de la existencia, anhelar vida eterna, son formas germinales de oración que pueden desembocar en esa conocida invocación de Carlos de Foucauld: “Si existes, haz que yo te conozca”.

  • Canto de entrada: "Mar adentro"

  • Salmo 78

    3 Lo que hemos oído y conocido,
    lo que nuestros antepasados nos contaron, *
    no lo encubriremos a sus hijos.
    4 Contaremos a las generaciones venideras
    las hazañas loables del Señor, y su poder, *
    y las maravillas que ha hecho.
    5 Entregó sus decretos a Jacob;
    estableció su ley en Israel, *
    y mandó que la enseñasen a sus hijos;
    6 Para que lo supieran las generaciones siguientes
    y los hijos aún por nacer, *
    y para que a su vez lo contaran a sus hijos;
    7 A fin de que pusieran en Dios su confianza,
    y no se olvidaran de las obras de Dios, *
    sino que guardaran sus mandamientos;

  • Canto: "El señor es mi fortaleza"

  • Noticia: REFLEXIÓN SOBRE LAS PRIMERAS COMUNIONES

    En nuestra sociedad muchos niños y niñas “hacen la primera comunión”. Sin embargo, pocos continúan luego el proceso de crecimiento en la fe. Para algunos es su primera y única.
    En las familias de muchos de estos niños no se vive la fe y el seguimiento de Jesús, ni el ser cristiano tiene repercusión sobre sus actitudes, opciones, compromisos,... en la vida
    En la celebración le las primeras comuniones están ausentes el protagonismo y la experiencia creyente, tanto de los propios niños y niñas como de la comunidad cristiana que los acoge.
    Hay un evidente negocio económico y de prestigio social en torno a las primeras comuniones que dista mucho del mensaje evangélico y de sus exigencias.
    La celebración de la primera comunión es un paso de incorporación a la comunidad cristiana y el seguimiento de Jesús. Esta incorporación debe hacerse como parte de un proceso que luego continuará madurando en el seno de una comunidad o grupo de referencia comprometidos en su realidad y en sus ambientes.
    Aquellas familias que no son creyentes, o que en su vida el Evangelio de Jesús de Nazaret y sus exigencias no significan anda, por favor, sean coherentes: no pasa nada porque sus hijos no hagan la primera comunión. Quienes creen deben exigir una forma de incorporación de los niños y niñas a la Eucaristía de la comunidad coherente con su verdadero significado.
    Nuestros obispos, sacerdotes, parroquias, movimientos y comunidades tienen que denunciar el negocio de las primeras comuniones como contrario al Evangelio de Jesucristo.
    Entre todos tenemos que devolver a este sacramento su autenticidad evangélica, al tiempo que vamos creando formas diferentes y alternativas en su celebración.
    (Semanario Fiesta).

  • Canto: "Transforma mi mente."

  • Evangelio: Juan 16, 20- 23.

    20 Os aseguro que lloraréis y os lamentaréis, mientras que el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
    21 Cuando una mujer va a dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo un nuevo ser.
    22 Así vosotros ahora estáis tristes, pero cuando vuelva a verlos os alegraréis, y nadie os quitará esa alegría.
    23 Ese día ya no me preguntarán nada. Os aseguro aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.
    24 Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa

  • Canto: "La confianza he puesto en Dios"

  • Canto: Magnificat