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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 08/01/2004

• Canto: uh, uh, uh adoramus te Domine

• Escuela de Oración.

De la alegría de vivir a la alabanza

37.- La vida no es sólo necesidad. es también gozo, expansión y disfrute. Ese sentimiento indefinible que es la “alegría de vivir” no se cierra sobre sí mismo. El ser humano necesita decir y agradecer su alegría a alguien. Pero, ¿hacia dónde o hacia quien dirigir el agradecimiento por ser y por vivir?. Del corazón creyente sube una gratitud inmensa, no hacia la vida en abstracto, sino hacia Dios, fuente y origen de todo bien: “Tú eres mi Dios. Te doy gracias” (Sal 118 (117), 28). No es sólo la acción de gracias por dones concretos. El creyente percibe que todo es gracia, todo es recibido. De su corazón brota la alabanza a Dios, el reconocimiento de su grandeza y de su bondad salvadora: “¡Dios mío, qué grande eres!”(Sal 104 (103), 1). “Alabaré al Señor mientras viva” (Sal 146 (145), 2)

Del sufrimiento a la confianza

38.- La vida es muchas veces dolor y sufrimiento. El ser humano se siente desgarrado por la enfermedad, la desgracia o las injusticias. Nuestro anhelo de felicidad queda roto en mil pedazos por la tribulación. Nace entonces de nuestro interior la queja: ¿por qué a mí? ¿por qué ahora? ¿por qué tanto? El creyente se queja a Dios: “¿Por qué te quedas lejos, Señor, y te escondes en las horas de angustia? (Sal 10 (9B), 1). ¿Hasta cuando he de quedar con el corazón apenado todo el día? (Sal 13 (12), 3). Si la queja se dirige hasta ese Dios que es sólo Amor, el creyente va descubriendo que no es Dios el que envía aquel mal o quiere nuestro daño. El quiere siempre nuestro bien a pesar y a partir de nuestros inevitables sufrimientos; en ellos y por ellos, Dios nos ofrece la posibilidad de conseguir bienes más importantes y valiosos. La queja se trasforma entonces en confianza: “Tú, Señor, estás cerca” (Sal 119 (118), 151). Yo soy pobre y desgraciado, pero el Señor cuida de mí” (Sal 40 (39), 18).

• Canto: Oh Alto y glorioso Dios…

• SALMO 112:

Alabad siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos

• Canto: Gloria tibi Domine

• Noticia: un año para alabar a Dios (Luis P.)

El comienzo de un nuevo año es siempre un buen momento para hacer balance de lo vivido, de renovar y actualizar proyectos y, con las pilas cargadas, volver a retomar las tareas emprendidas en la construcción del reino. Durante el año que ya terminó hemos orado intensamente por nuestro mundo tan necesitado de paz y justicia; no sólo en Irak, Afganistán,… sino en cada rincón del planeta donde la violencia y la injusticia sigue siendo el clima habitual. Como cristianos condenamos la violencia de cualquier tipo y pedimos a Dios la paz para todos, incluso para los violentos y asesinos.
Durante el año 2003 hemos conmemorado que este grupo ya tiene 20 años de historia; que llevamos casi 21 años orando en comunidad como familia de hijos de Dios que somos. Nos hemos acordado del mundo del paro, de la droga, de la cárcel, de la marginación, de la inmigración, de la enfermedad; de un modo especial del mundo de la discapacidad. También hemos podido dar gracias a Dios por la creación que nos regala cada día, por los hermanos a los que queremos y por aquellos a los que podríamos querer más, por la fe, por los que trasmiten y alimentan la fe, por la familia franciscana, por la Iglesia, por el resto de las iglesias cristianas, por los lentos pasos que se van dando hacia la unidad. También nos hemos alegrado por los niños que han nacido en nuestras familias. Hemos compartido el dolor por la hermana muerte que nos ha visitado muy de cerca. Un año da mucho de sí. El año 2004, bisiesto, nos ofrece 366 días para alabar a Dios con nuestra vida. Vamos a vivirlo intensamente orando. Vamos a orarlo intensamente para estar más vivos. Vamos a hacer la voluntad de Dios, para que se note en quién creemos por el modo en que nos queremos. Vamos a trasmitir al mundo el mensaje de esperanza que el Niño-Dios nos trae presentándose pobre, pequeño, tierno. Vamos a disfrutar la vida que Dios nos regala; una vida que vale tanto que él, en persona, quiso venir a nuestro mundo a vivirla cerca de nosotros.

• Canto: Me volveré a ti, mi Señor,

• EVANGELIO: Lc 4, 14-22a

En aquel tiempo, Jesús, con la fuerza del Espíritu, volvió a Galilea y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y desenrollándolo encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la buen a noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor”.

Y enrollando el libro, lo devolvió al que le servía y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oir”. Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

• Canto: Dios está con los humildes.
• Peticiones
• Padre Nuestro
• Oración de San Francisco: Te adoramos, Señor Jesucristo
• Canto de salida: Aleluya, aleluya, ha nacido el Salvador