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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 7/03/2013

Entrada.

Me llama mucho la atención esas maneras de orar que se predican desde una catequesis de "abundancia de palabras". Consiste en "decir muchas cosas a Dios". Rezar es contar a Dios todo lo que nos pasa. Es una oración que se parece mucho a los desahogos de los diarios de muchos adolescentes.

Orar es hablar con Dios, es verdad. No se puede hacer de la oración un monólogo en el que obligamos a Dios a callar. Dios también tiene algo que decirnos. Más aún, Dios tiene más cosas que decirnos que las que nosotros tenemos que decirle a Él. El modo de hablar de Dios no se parece en nada al nuestro. Dios está al final del silencio, de La Paz, de la tranquilidad, de la ausencia de ansiedad...

Hay que darse mucho tiempo para escuchar a Dios.

La oración es como el enamoramiento: te quedas en silencio porque el silencio basta; basta saber que estás en presencia de Dios que te ama; es suficiente; es todo. ¿Qué más puede desear alguien que saberse amado y gustar en silencio el amor?

Lectura: Efesios 5, 8-14.

En otro tiempo ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Pórtense como hijos de la luz, con bondad, con justicia y según la verdad, pues ésos son los frutos de la luz. Busquen lo que agrada al Señor. No tomen parte en las obras de las tinieblas, donde no hay nada que cosechar; al contrario, denúncienlas. Sólo decir lo que esa gente hace a escondidas da vergüenza; pero al ser denunciado por la luz se vuelve claro, y lo que se ha aclarado llegará incluso a ser luz. Por eso se dice: «Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos y la luz de Cristo brillará sobre ti.

Noticia: 40 dias con los 40 últimos.

Esta semana la campaña “Cuarenta días con los cuarenta últimos” nos hace volver la mirada sobre países como Bangladesh, República Democrática del Congo, Nicaragua, Costa de Marfil y Senegal, y cómo nuestra actual sociedad de consumo provoca mucho sufrimiento en estos países. Es la cruz de una moneda que desde nuestra cara llamamos sociedad del bienestar: trabajo y explotación infantil, sobreexplotación de recursos y acumulación de residuos.

El caso concreto de la República Democrática del Congo es alarmante: es el país con un Índice de Desarrollo humano más bajo, ocupando el último puesto en la lista del Plan de las Naciones Unidas para el desarrollo de 2011. Sin embargo en él se encuentran el 80% de las reservas mundiales de coltán, un mineral imprescindible en la fabricación de aparatos electrónicos, ordenadores y teléfonos móviles. Este mineral es extraído en sus minas en muchos casos por niños y niñas que se ven además sometidos a agresiones sexuales por parte de bandas de contrabandistas. La esperanza de vida en la R. D. del Congo es menor de 50 años, y una de las razones es el conflicto armado que se lleva cobradas más de cinco millones de víctimas, y en el que la explotación de recursos, la existencia de una débil autoridad estatal y el comercio de armas son algunas de las razones de que este conflicto permanezca olvidado.

Además, la gran cantidad de residuos que nuestro consumo genera está convirtiendo a países como Costa de Marfil en auténticas chatarrerías, donde los residuos son tratados para recuperar los minerales que puedan ser útiles para la fabricación de nuevos productos y donde el resto de materiales no tiene otro lugar donde ir que las propias calles cercanas a los talleres de desguace. Para hacernos una idea de la magnitud de este problema basta con recordar la reciente huelga del servicio de recogida de basuras en nuestra ciudad.

Por otro lado, las consecuencias de nuestra sociedad de consumo no se dejan sentir ya tan sólo en los países en desarrollo. La campaña recuerda que en el origen de nuestra actual crisis están la banca y los intereses especulativos de aquellos que se enriquecen cuando nosotros consumimos (en España 5 empresas controlan el 55% de toda la distribución de alimentos, y el 82% de las compras de alimentos se realizan en los distintos canales y formas que adopta la gran distribución alimentaria). Estos mismos bancos son los que, en algunos casos, están detrás del comercio de armas, tienen posiciones en paraísos fiscales, defraudan a Hacienda…

Ante esta situación, la campaña nos propone una vez más la sensibilización y la información: conocer mejor la banca ética, o los productos de comercio justo. Y nos recuerda que “la mejor energía alternativa es la que no se consume”, que “no se trata de limpiar más, sino de ensuciar menos” y que “el mejor consumo es el que no se ejercita”.

Evangelio: Jn 4, 5-42

Jesús llegó a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca del campo que Jacob había dado a su hijo José. Estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria para sacar agua, y Jesús le dijo: —Dame de beber. Pues los discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. Entonces la mujer samaritana le dijo: —¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, siendo yo una mujer samaritana? —porque los judíos no se tratan con los samaritanos—. Respondió Jesús y le dijo: —Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber,” tú le hubieras pedido a él, y él te habría dado agua viva. La mujer le dijo: —Señor, no tienes con qué sacar, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob quien nos dio este pozo y quien bebió de él, y también sus hijos y su ganado? Respondió Jesús y le dijo: —Todo el que bebe de esta agua volverá a tener sed. Pero cualquiera que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: —Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga más acá a sacarla.

Peticiones/ Acción de Gracias/Padrenuestro
Salida.

Bendito seas, Dios, Padre de Jesús y Padre nuestro, por la vida y la entrega de tu Hijo. Él se encarnó y vivió como nosotros. Él entendió que en la pobreza el amor es más generoso. Él se hizo pequeño revelándonos que Tú eres nuestro Padre. Él supo estar cerca de los marginados y los llenó de cariño. Él acogió a los pecadores y supo descubrir lo bueno de su corazón. Él comprendía las lágrimas y supo llenar su corazón. Él se hizo pequeño acogiendo a los niños y bendiciéndonos. Él dio sentido a su vida desde la voluntad del Padre. Él se hizo ofrenda de perdón y salvación hasta la cruz. Padre, llénanos del espíritu de Jesús, como llenaste a Francisco. Con él terminamos diciendo: Oh, Alto y Glorioso Dios...