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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 09/08/2012

Oración comunitaria jueves, 9 de agosto de 2012

Ambientación

Queridos hermanos: ¡Que el Señor os conceda la Paz! El Señor nos convoca un jueves más a escuchar su voz en el seno de la Comunidad

Esta semana celebramos la festividad de Santa Clara. Queremos acercarnos a su figura, ejemplo de entrega al evangelio, ejemplo de contemplación de la grandeza de Dios desde la minoridad, la pobreza. Ella siempre quiso seguir a Jesucristo a través del ejemplo del poverello de Asís. Con la intención de que las figuras de Francisco y Clara nos ayuden en el seguimiento de Jesús, comenzamos la oración con las palabras de Francisco ante el Cristo resucitado de San Damián

Salmo 15 tu, Señor, eres el lote de mi heredad

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien». Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano:

me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente.

Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena.

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.

Noticia: Carta del provincial a las hemanas clarisas con motivo de la Festividad de Santa Clara en el año del octavo centenario

El día once de agosto de 2012 clausuramos el VIII Centenario de la consagración de Santa Clara al Señor, en manos de nuestro padre San Francisco, con el que comienza la fundación de la Hermanas Pobres, las clarisas. Como si de una cadena entrelazada se tratara, año tras año, y así hasta 800 años, poniendo eslabones de fidelidad a una vocación: recibida, agradecida y profundizada por Clara, y por vosotras, en su visión evangélica, a la que el Señor la llamó, y sigue llamándoos hoy para vivir el Evangelio de Jesucristo pobre y crucificado.

1. Clara mujer tocada por el Amor de Dios. A lo ancho de su “larga vida” este fue su alimento y la propuesta que hizo a sus hermanas a través de un amor fiel, vivido en suma pobreza y sincera humildad, desde una honda relación con Aquel que la llamó a vivir una pasión.

2. Clara de Asis un camino de Luz. Proceso que va descubriendo en sus búsquedas y que le acompañan en “sus noches oscuras”, y que ilumina sus tinieblas en aquel que es la Luz, que engendra alegría y sencillez, vividas en fraternidad y libertad por Amor y para amar y generar una vida nueva, viviendo la misma pasión que Francisco. No olvida su punto de partida: El Santo Evangelio que es la luz que la acompaña, y que agradece en esa limpia historia de amor de Dios entregado por ella y por toda la humanidad.

3. Clara, mujer de compromiso. Oyendo la llamada de Dios no se hizo “la sorda” sino que se puso a discernir con el Hermano Francisco cual era su misión y de ahí que cambiara la nobleza por la pobreza, distribuyendo sus bienes entre los pobres y haciéndose pobre para abrazar al Cristo pobre y vivir la alegría y la sencillez de la gracia, vivida en fraternidad.

Clara contempla la cruz, ve a Cristo el más pobre, el más despreciado y se desposa con este Esposo que enamora a la humanidad a la que salva. Se puede adivinar en el corazón de Clara el eco de la espera; de espera enamorada del Cantar de los Cantares: “tus amores son mas dulces que el vino. Son tus ungüentos agradables al olfato. Es tu nombre un perfume que se difunde, por eso te aman las doncellas” (Cant. 1,3). Escribe Clara: “engalánate, toda entera, interior y exteriormente de todas las virtudes” (4 Cta. Cl 16). Este amor contemplativo de Clara la lleva a vivir el compromiso de la pobreza y anonadamiento que ha descubierto en Cristo, gracias a la contemplación

4. Clara de Asis, la mujer fraterna. Descubre Clara por gracia la común filiación divina, enraizada en el seguimiento de Jesucristo y en su proyecto de vida en hecho de fidelidades, vivido en fraternidad. Clara está convencida que el autor de su vocación es Dios, el Padre de las misericordias, que nos recuerda en su testamento, al que hemos de restituir todos los bienes recibidos a través de los hermanos y hermanas. Esta mujer creadora de fraternidad vive evangélicamente madura como se manifiesta en su continúa alegría y serenidad, ante las situaciones desagradables que le toca afrontar. La alegría de la vida es un conjunto de pequeños gestos de amor, de afecto y atención. En comunidad hemos de vivir gozosamente: “manifestando el amor que interiormente nos anima.

5. Clara, espíritu orante. Nos exhorta a trabajar para poseer el Espíritu del Señor y su santa operación. Inspirándose en la Regla del Francisco de Asis, Clara nos invita a poseer ese Espíritu que nos ayuda a armonizar trabajo y oración. Sus escritos rezuman una oración dirigida al Señor y educando a sus hermanas para que rezasen por su ciudad; por el mundo entero; por la iglesia. Ora por sus hermanas y les pide que oren por ella. La persona de Jesús es el hilo conductor de todo lo que Clara expresa en la carta que escribe a Inés: “...cuyo amor enamora, cuya contemplación reanima, cuya benignidad llena, cuya suavidad colma, cuyo recuerdo ilumina suavemente, cuyo perfume hará revivir a los muertos...” (4 Cta Cl. 9.14). Nos debemos preguntar si ofrecemos a los demás la belleza de nuestra vocación, de ser buscadores de Dios en el camino de la vida, donde apostamos por el Dios de la vida.

6. Clara de Asis, una vida transparente. Vida fundamentada en el seguimiento confiado en Jesús. Clara es la mujer espejo en el que se manifiesta su profética y luminosa figura, al mirar con los ojos del corazón y descubrir al Otro y a los otros como hermanos y hermanas: “...Mira atentamente a diario este espejo y observa sin cesar en él tu rostro...y observa a Aquel que es puesto en un pesebre y envuelto en pañales”.

7. Clara la mujer evangélica. La Palabra de Dios atraviesa todos sus escritos, ya que era ésta su alimento diario. El evangelismo de Clara es patente. Su lectura era inspirada por el Espíritu, perseguía su encarnación en lo cotidiano. Clara es actual porque el evangelio nunca pasa de moda. Para todo creyente en el Señor Jesús, su vocación es escuchar esa Palabra viva y poner en acto lo escuchado. Hacer la Palabra vida supone tocar todas las dimensiones de la persona: sentimientos, inteligencia, memoria, voluntad, manos y pies...En esta encarnación de la Palabra, Clara nos puede ayudar a realizar hoy “una nueva evangelización”, al comenzar el Año de la Fe (octubre de 2012-Noviembre 2013)

Evangelio:Mt 19,23-30: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los Cielos.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Creedme: difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los Cielos.

Al oírlo, los discípulos dijeron espantados:

-Entonces, ¿quién puede salvarse?

Jesús se les quedó mirando y les dijo:

-Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo.

Entonces le dijo Pedro:

-Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos va a tocar?

Jesús les dijo:

cuando llegue la renovación, y el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos, para regir a las doce tribus de Israel.

El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros.

Peticiones y acción de gracias

Padre nuestro

Oración final:

15¡Oh bienaventurada pobreza, que da riquezas eternas a quienes la aman y abrazan! 16¡Oh santa pobreza, que a los que la poseen y desean les es prometido por Dios el reino de los cielos (cf. Mt 5,3), y les son ofrecidas, sin duda alguna, hasta la eterna gloria y la vida bienaventurada! 17¡Oh piadosa pobreza, a la que el Señor Jesucristo se dignó abrazar con preferencia sobre todas las cosas, Él, que regía y rige cielo y tierra, que, además, lo dijo y las cosas fueron hechas (cf. Sal 32,9; 148,5)! 18Pues las zorras, dice Él, tienen madrigueras, y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del hombre, es decir, Cristo, no tiene donde reclinar la cabeza (cf. Mt 8,20), sino que, inclinada la cabeza, entregó el espíritu (cf. Jn 19,30).(1Carta de Santa Clara a Inés de Praga)

Que Clara nuestra madre y maestra interceda por nosotros para vivir el carisma recibido y contagiar la alegría de la Fe, y la esperanza de anticipar ya los nuevos tiempos con una mirada transparente, sirviendo con gozo a los hermanos. Sigiendo su ejemplo y el de Francisco, acabamos adorando a Cristo Resucitado diciendo juntos: te adoramos...