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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 11/03/2010


Escuela de oración: Semana de la Paz de 2002, “Globalicemos la Esperanza”

La esperanza es lo menos light que se pueda encontrar en la vida. Globalizar la esperanza, mundializarla, será ir haciendo que todos, sobre todo los excluidos, los "ninguneados", aquellos que más tienen por esperar, puedan esperar "razonablemente", sin sarcasmos por delante. Y solamente la solidaridad globalizada irá haciendo este milagro de "esperanza esperanzadora",. La solidaridad irá haciendo de nuestro mundo, un buen lugar dignamente habitable.


Primera Lectura: Isaías 65, 17-21.

Así dice el Señor: «Mirad: yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva: de lo pasado no habrá recuerdo ni vendrá pensamiento, sino que habrá gozo y alegría perpetua por lo que voy a crear. Mirad: voy a transformar a Jerusalén en alegría, y a su pueblo en gozo; me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán…


Noticia: Yemen muere en silencio.

Más de uno dudará de la ubicación de Yemen. Normal, porque no sale en los medios. Es casi tan normal como que, hace unos meses, alguien no supiera ubicar Haití, que antes, tampoco disfrutaba de ninguna cobertura mediática. Hasta que una gran catástrofe natural hizo de llamada de socorro. Y los medios de comunicación llegaron a Haití; y países poderosos fueron corriendo hasta la isla para mitigar los efectos del terremoto; y las donaciones económicas llovieron como el agua en su actual época húmeda.

Yemen, sin embargo, no ha sufrido un desastre natural y es ignorada en sus desastres humanos. Así, ante la ignorancia mundial, 250 mil refugiados, entre ellos también somalíes y etíopes, intentan sobrevivir en condiciones infrahumanas. La cifra de personas refugiadas en Yemen alcanza, o incluso supera, a los muertos de Haití. Bueno, en Yemen aún están vivos. Entonces, como aún no se han muerto ¿no hay que darles importancia? Curiosa percepción de lo importante en la que lo muerto importa y lo vivo, no.

Sin embargo, no dudo que los cuasi vivos (pues las condiciones hacen que vivan a medias) de Yemen recibirían con euforia la ayuda de quien quisiera tenerles en cuenta. Porque el país sufre, desde hace cinco años, una guerrilla rebelde al norte, es uno de los refugios más asiduos de alqaeda, y el sur lucha en armas por la independencia.

La complejidad política, sin embargo, no deja atrás a la económica. La mitad de sus 23 millones de habitantes vive con menos de dos dólares al día, y el cincuenta por ciento de los niños sufre problemas de desnutrición. Las cifras sitúan a Yemen en niveles cercanos a países de África subsahariana, (que tampoco tiene presencia en la prensa, por cierto) La única fuente de ingresos que, modestamente, sostiene al país es el petróleo. Pero, el crudo yemení no tiene mucho que hacer frente al irakí o iraní o arabesauidita. Y por eso, el precio del producto ha descendido en 2009 hasta los 2.000 millones de dólares frente a los 4.400 del año anterior. Y el turismo, que algo ingresaba, está desaparecido por la inseguridad de los rebeldes, los secesionistas, los terroristas y, en fin, la atmósfera general de Yemen.

Total, que el país está al borde de la descomposición en todos los sentidos y en el fondo ya de una enorme catástrofe humana. Eso sí, no es un terremoto y no se ha cargado todo de golpe. Ha sido poquito a poquito, con la colaboración del mundo entero que tira la piedra, esconde la mano, silencia la corrupción y alardea de su altruismo humanitario en Haití. Si, alardea, porque mientras EEUU da de comer a los haitianos, revienta a los yemeníes. Resulta que el continente blanco americano se encaprichó del territorio de Yemén ya en la guerra fría y comenzó, desde entonces, a trazar el plan maravilloso para el control de éste.

Pero Yemen no salta a los medios aunque esté agonizando, lento, bajo una gran losa de ignorancia. Igual que moría Haití antes del terremoto, pues su historia es tan dura como la de Yemen y tampoco nadie se ocupaba de ellos. Ahora calculemos el tiempo que el desastre de Haití tarda en desaparecer de los medios y de nuestras vidas… hasta que vuelva a ser uno de los olvidados, un don nadie, un país enano de dignidad que sufre las consecuencias de su miseria sin que nadie se entere.

Begoña Costillo Avilés, grupo de San Francisco de Granada

Evangelio:
Marcos 12, 28b-34.

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: - «¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: - «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. " El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.»


Peticiones / Acciones de gracias
Padrenuestro
Salida:


Jesus, tú oras en nosotros. Tú nos haces estar atentos a no permanecer en la oscuridad, sino a vivir de tu luz. Bendícenos, tú que nos ofreces este frescor del Evangelio: comenzar todo en la confianza del corazón.