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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 16/04/2009

Escuela de oración: ¡Aleluya! ¡Cristo ha resucitado!

¡Aleluya! ¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya! Haz fiesta en tu corazón. Estalla la luz, hay flores, se oyen por doquier las canciones de la Vida.

¡Alégrate!La muerte de Jesús no ha acallado su voz ni ha escondido su ternura. El Padre la ha levantado para siempre. Todos los pobres están de enhorabuena.Con la alegría de Jesús en tus ojos, la belleza del Resucitado en tus entrañas, con cantos alegres, con una comunión con todos y con todo, regalo de una sangre derramada, de un pan partido y repartido, emprendes el camino de la Pascua. El Padre te mira y se emociona. Te espera el Espíritu y sus dones. Se estrena el día nuevo. Una mujer le da la bienvenida. Corre María Magdalena a despertar a los dormidos, la Iglesia se hace peregrina, ya recorre, sorprendida, los caminos de la fe, del amor, de la esperanza. María va en medio de este pueblo, cuidando de todo lo pequeño, eso que acaba de nacer en el encuentro con el Cristo vivo, presente para siempre.

Alegres y cargados de esperanza, nos unimos en un solo coro a Francisco de Asís y nos dirigimos a Jesús resucitado diciendo: ¡Oh, Alto y glorioso Dios…

Primera Lectura: Salmo 67 ¡Oh Dios, que te den gracias los pueblos!

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca su dominio,
y su victoria entre las naciones.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
Que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra.
¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
La tierra ha dado su fruto: el Señor, nuestro Dios, nos bendice.

Canto:

Noticia: IDEAL: Un jubilado malagueño paga la deuda de Cortés y evita el desahucio de su vivienda.

La situación de Santiago Cortés, el parado granadino que vive en Casería de Montijo y que se encuentra en huelga de hambre para evitar el desahucio de su vivienda, ha dado un espectacular vuelco. Un ciudadano anónimo, una de tantas personas que se preocupa y mucho por lo que les sucede a los demás, decidió tomar cartas en el asunto. Después de haber contactado con el titular de la parroquia de María de las Mercedes del barrio de Casería de Montijo, Manuel Velázquez, ordenó a su entidad financiera una transferencia por importe de 3.000 euros en favor de Cortés. Un dinero con el que el parado granadino podrá satisfacer la deuda que tiene pendiente con su banco y evitar así que éste se quede con su piso y expulse del mismo a su familia.

El benefactor de Cortés, de su mujer y de sus cuatro hijas menores de edad, es un arquitecto técnico jubilado malagueño, que desea mantener el anonimato pues lo que busca no es notoriedad ni agradecimientos de ningún tipo, «sino estar en paz conmigo mismo». «Tenía que hacer algo y pronto, no podía quedarme cruzado de brazos sabiendo que esta gente se quedaba sin su piso, pues todos sabemos cómo se las gastan los bancos», afirma.

Pese a lo que pudiera parecer, la persona de la que hablamos no dispone de una situación económica como para disparar cohetes. Confiesa que sus ingresos se limitan a su pensión, que cifra en 878 euros netos mensuales por 14 pagas, más lo que le renta el plan de pensiones que suscribió en su momento y los ahorros que ha podido acumular después de 43 años de ejercicio ininterrumpido de la profesión. «No vivo con ningún tipo de lujos, pero afortunadamente mi situación me permite poder hacer esto , porque no puedo asistir impasible a que esta familia se quede en la calle, no podría dormir por la noche», argumenta.

El anónimo ciudadano añade que «no descansaré hasta que Santiago tenga resuelta su situación por completo». Da a entender con ello que atenderá pagos posteriores de la hipoteca si llegara el caso.Conocida esta situación, el propio Santiago Cortés manifiesta su agradecimiento. «No tengo palabras para agradecer este gesto solidario, no me lo esperaba», señala. Cortés no depondrá la huelga de hambre hasta conseguir que su banco retire el desahucio y pueda normalizar el pago de las cuotas del préstamo hipotecario

Canto:

Evangelio: Lucas 24, 13-35

Dos de los discípulos se dirigían aquel mismo día a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban hablando de todo lo que había pasado.

Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se les acercó y se puso a caminar a su lado. Pero, aunque le veían, algo les impedía reconocerle.

Jesús les preguntó: –¿De qué venís hablando por el camino? Se detuvieron tristes, y uno de ellos llamado Cleofás contestó: –Seguramente tú eres el único que, habiendo estado en Jerusalén, no sabe lo que allí ha sucedido estos días.

Les preguntó:–¿Qué ha sucedido? Le dijeron: –Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y palabras delante de Dios y de todo el pueblo. Los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. Nosotros teníamos la esperanza de que él fuese el libertador de la nación de Israel, pero ya han pasado tres días desde entonces. Sin embargo, algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro y no encontraron el cuerpo; y volvieron a casa contando que unos ángeles se les habían aparecido y les habían dicho que Jesús está vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron todo como las mujeres habían dicho, pero no vieron a Jesús.

Jesús les dijo entonces: –¡Qué faltos de comprensión sois y cuánto os cuesta creer todo lo que dijeron los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado? Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.

Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como si fuera a seguir adelante; pero ellos le obligaron a quedarse, diciendo: –Quédate con nosotros, porque ya es tarde y se está haciendo de noche. Entró, pues, Jesús, y se quedó con ellos. Cuando estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero él desapareció.

Se dijeron el uno al otro: –¿No es cierto que el corazón nos ardía en el pecho mientras nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras? Sin esperar a más, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos. Estos les dijeron: –Verdaderamente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús al partir el pan.

Canto:

Padrenuestro

Salida: Francisco solía decir: “si tú, siervo de Dios, estás preocupado por algo, inmediatamente debes recurrir a la oración y permanecer ante el Señor hasta que te devuelva la alegría de su salvación”(V2ª, 125)