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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 12/02/2009

ENTRADA. "Acoger, comprender, acompañar". Con este lema podemos afrontar la situación de estar con un enfermo. En esas palabras se refleja el amor de Dios en el servicio a los enfermos. La enfermedad puede convertirse en tiempo de gracia, de purificación, de reconciliación y cercanía de Dios. Por ello, la Iglesia está llamada a recorrer el camino del hombre, especialmente cuando pasa por la experiencia del sufrimiento y de la enfermedad. Así, y con Francisco, comenzamos diciendo juntos: ¡OH ALTO!

SALMO 40. ORACIÓN DE UN ENFERMO
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: "Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti".
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
"Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse".
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén.



NOTICIA
Excelentísimo Presidente
"Aquí no engordamos a nadie, hacemos ver que se puede estar delgada y sana"
08.02.2009
En su día, hace unos catorce años, sufrió viendo cómo alguien de su entorno más cercano se negaba a comer. Entendió entonces, por experiencia propia y no porque se lo contara nadie, que hay gente que al mirarse en el espejo no ve a un esqueleto que difícilmente se mantiene en pie, sino a una persona enormemente gorda que tiene que perder kilos pero ya. Supo también de otra gente que soportaba el mismo problema y, como muchos otros, se dio cuenta finalmente de que la unión hace la fuerza, así que decidió entrar en el mundo del asociacionismo.
Cuenta que, en lo referente a la anorexia, no hay una edad que entrañe específicamente más riesgo, porque por la asociación no sólo pasan adolescentes, sino también mujeres adultas y hasta de la tercera edad. Sí concede que el periodo comprendido entre los 12 y los 15 años, cuando las niñas-mujeres empiezan a arreglarse y a salir en pandilla, es quizás el más delicado.
Por iniciativa propia, pocas terminan recurriendo a la ayuda de la asociación. Más bien tiene que ser la familia la que interceda. "Es que tienen la idea de que aquí se les va a engordar y rechazan el tratamiento, piensan que para eso mejor se quedan como están, no se fían. Hay que convencerlas de que no pretendemos engordar a nadie, que si quieren estar delgadas pueden estarlo, pero siempre que estén sanas. Afortunadamente, la resistencia termina por vencerse al cabo de una semana o más".
Para Eduardo Oblaré, en la prevención debe jugar un papel importante la transmisión de modelos adecuados, no sólo desde el ámbito familiar o el escolar, sino también desde la televisión, que aunque a veces ayuda incluyendo en las series juveniles a la chica gordita que finalmente es aceptada por todos, otras dificulta las cosas al pintar un mundo en el que se asocia a los triunfadores con los de mejor físico. Tenemos que aprender a aceptarnos como somos y entender que la perfección esa a la que aspiramos no existe.



EVANGELIO
MARCOS 3:1-5 «En otra ocasión, Jesús entró en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano atrofiada, o sea, seca. (El resultado de un accidente o enfermedad) y los fariseos espiaban a Jesús para ver si le curaría en el día de sábado. Ellos estaban buscando un pretexto para acusar a Jesús. Y Jesús le dijo al hombre de la mano tullida:”Levántate y ponte enfrente de todos.” Entonces Jesús les preguntó: “¿Que es lo que está permitido en día de sábado, hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o quitarla?” Pero ellos permanecían callados. Y El, pasando su mirada con enojo sobre ellos, profundamente apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre:”Estira la mano”; él la estiró y la mano le quedó completamente restaurada.»

PETICIONES Y ACCIONES DE GRACIA.

PADRE NUESTRO. Siendo conscientes de la realidad que tenemos a nuestro alrededor, salgamos y no hagamos de nuestra vida un sufrimiento, sino una alegría; y el que no lo entienda así, nuestra labor es la de acompañarlo para que se pueda cumplir esa voluntad. Así pues, unamos nuestras manos y digamos todos juntos la oración que Jesús nos enseñó: Padre Nuestro…

SALIDA.
· Señor, bendice mi mente para que no sea indiferente ni insensible, sino solicita a las necesidades de mi prójimo enfermo.
· Señor, bendice mis ojos para que reconozca en el que sufre tu rostro, y me conduzcan a la luz y tesoros interiores.
· Señor, bendice mis oídos para que oigan las voces que suplican escucha y respondan a los mensajes de quien no sabe expresar con palabras.
· Señor, bendice mis manos para que no permanezcan cerradas ni frías, sino, que transmitan calor y cercanía hacia quien necesita una presencia amiga.
· Señor, bendice mis labios para que no pronuncien frases vacías, sino, que expresen comprensión y gentileza que nace de un corazón que ama.

CON FRANCISCO ACABAMOS PROCLAMANDO: Te adoramos…