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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 15/03/2007

ESCUELA DE ORACION:


Me llama mucho la atención esas maneras de orar que se predican desde una catequesis de "abundancia de palabra". Consiste en "decir muchas cosas a Dios". Rezar es contar a Dios todo lo que nos pasa. Es una oración que se parece mucho a los desahogos de los diarios de muchos adolescentes.

Orar es hablar con Dios, es verdad. No se puede hacer de la oración un monólogo en el que obligamos a Dios a callar. Dios también tiene algo que decirnos. Más aún, Dios tiene más cosas que decirnos que las que nosotros tenemos que decirle a Él. El modo de hablar de Dios no se parece en nada al nuestro. Dios está al final del silencio, de la paz, de la tranquilidad, de la ausencia de ansiedad,…

Hay que darse mucho tiempo para escuchar a Dios.

La oración es como el enamoramiento: te quedas en silencio porque el silencio basta; basta saber que estás en presencia de Dios que te ama; es suficiente, es todo. ¿Qué más puede desear alguien que saberse amado y gustar en silencio el amor?


SALMO:


¡Aprended a hacer el bien,
esforzaos en hacer lo que es justo,
ayudad al oprimido,
haced justicia al huérfano,
defended los derechos de la viuda!”
Si aceptáis ser obedientes,
comeréis de lo mejor que produce la tierra;
pero si insistís en ser rebeldes,
moriréis sin remedio en la guerra.”


NOTICIA:

Solidaridad frente al terror


El líder del Consejo de Europa, Walter Schwimmer, condenó en nombre de esta organización los atentados en Madrid y afirmó que "ninguna causa en el mundo puede justificar semejante barbarie".

"Siento un profundo desprecio por los autores de semejantes actos de violencia ciega", agregó el secretario general de la principal organización paneuropea de fomento de los derechos humanos y la democracia en el Viejo Continente.

Frente a la barbarie destacó la solidaridad y el buen hacer de los ciudadanos de la capital de España que se volcaron en atender a las víctimas. Ante la solicitación de donaciones de sangre tras los atentados, antes del mediodía informaban las autoridades de que, gracias a "la respuesta masiva" de la ciudadanía, las necesidades estaban cubiertas.

Los profesionales de los bomberos, sanidad o policía de la capital, al igual que ocurrió en Nueva York tras el 9/11, se vaciaron prestando su auxilio en los lugares donde ocurrieron los crímenes incluso, en ocasiones, junto a grupos de voluntarios.

Luis Miguel, el encargado de una grúa de 25 años, viajaba en un tren inmediatamente posterior al afectado por la bomba en El Pozo y así comentaba su experiencia: "Levantamos los bancos rojos que hay en las estaciones para hacer camillas. Los bomberos repartieron guantes y todos los que estábamos allí ayudamos como pudimos".

Asimismo, al lugar donde se encontraban los cadáveres para ser reconocidos por las víctimas se acercaron voluntarios para ofrecer ayuda psicológica a las víctimas.

"Me acerqué para ayudar alrededor de las 12 de la noche y me dijeron que les haría un favor más grande si volvía a casa porque ya había suficientes voluntarios", relató María Romero, estudiante universitaria.


EVANGELIO:


Y dijo también a unos que confiaban de sí como justos, y menospreciaban a los otros, esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: el uno Fariseo, el otro publicano. El Fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo. Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, sé propició a mí pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.

Lc 18, 9-14


ORACION FINAL:


Padre nuestro, sé que cada día es un caminar hacia ti. Unas veces avanzo con gozo, otras con mucha dificultad. ¿De dónde sacar fuerza para no dejar de avanzar? Tú me has convertido en persona, me has hecho creador de mi propio crecer. No eres un Dios de intervenciones milagrosas, pero tampoco eres indiferente. Eres el único que sabes ayudarnos de verdad. Tú eres. Tú estás dentro de mí. Tú eres vida y amor. Ayúdame a ser, crecer y vivir siempre contigo y así poder anunciarte como Buena Noticia para toda la humanidad. Con Francisco, decimos: "Te adoramos…