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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 8/03/2007

Escuela de oración:
Podemos disimular todo. Existen hoy unos lugares de belleza que logran una “presentación impecable”. Podemos estar “radiantes” por fuera y “quemados” o “destrozados” por dentro.
Una de las grandes acusaciones de Jesús a los fariseos era justamente esta: que limpiaban todo por fuera y por dentro todo seguía igual.
El ejercicio cuaresmal quiere ayudarnos a “darnos la vuelta”, como damos la vuelta a esa bolsa que queremos limpiar bien. Lo difícil es siempre llegar al interior: dar la vuelta al corazón. Hay muchas cosas que se resisten a cambiar en nosotros. Hay muchas cosas de las que nos decimos “esto es mejor no tocarlo”. Quizá justamente esas cosas que “es mejor no tocar” son las que más necesitan ser “retocadas”.
La Palabra de Dios es la que nos hace poner todo en revisión. No retocamos lo que nosotros queremos. La Palabra de Dios nos indica qué es lo que tiene que ser retocado en nuestra vida
Canto:
Oh Alto,…

Jeremías 17, 5-10
Así dice el Señor Dios: maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor: será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor, y pone en el Señor su confianza: será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto. Nada más falso y enfermo que el corazón, ¿quién lo entenderá? Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas; para dar al hombre según su conducta, según el fruto de sus acciones

Canto

La mujer autónoma y su «torre de Babel»
POR CANDELARIA CARRERO ASTURIANO
OCHO de marzo, día de la mujer. Por veinticuatro horas volvemos a ser las protagonistas.
Se nos mima en los medios de comunicación y los políticos renuevan las promesas incumplidas y prometen novedades. Estamos de moda. El tema mujer es «respetado» y «subvencionado» por las administraciones públicas, pero la realidad dista mucho de ser de color de rosa en lo referente a la igualdad real de géneros. Salvo contadas excepciones, los cargos directivos los tenemos vetados; nuestros salarios son inferiores a los de los hombres con idéntica categoría profesional y no existen, ni han existido, mujeres en carteras ministeriales como las de Interior, Economía o Trabajo; por no hablar del escalofriante número de víctimas de violencia doméstica. El escenario es el que hay y habrá que esperar, confiadas, a que la ley orgánica de Igualdad entre Hombres y Mujeres lo equilibre.
La ley reconoce el subsidio por maternidad no contributivo para aquellas trabajadoras por cuenta propia que no reúnan los requisitos mínimos de cotización exigidos; se establece una bonificación del cien por cien de la cuota a la Seguridad Social durante el descanso por maternidad y situaciones asimiladas, pudiéndose disfrutar este período a tiempo parcial, y la «medida estrella» es el Permiso de Paternidad, reconociendo a los progenitores trece días que se ampliará hasta cuatro semanas en los ocho años siguientes a la entrada en vigor de la ley. Lo de menos es la duración del permiso, lo importante es concienciar a los hombres acerca de las cargas que lleva aparejada su paternidad. Esta prestación no es suficiente si no viene acompañada por el resto de actuaciones que recoge la norma y que facilita que sus compañeras puedan conciliar la vida laboral y familiar.
La ley también contempla incrementar la participación de las mujeres en los órganos decisorios de las empresas, si bien debería flexibilizarse, que no eliminar, la obligatoriedad de la paridad en todos los casos.
Al inicio de este tercer milenio, en la era de las nuevas tecnologías, vivimos en una singular torre de Babel. Todo está regulado, cada vez estamos más protegidas, pero los cambios se hacen esperar, como si se comunicaran en una lengua desconocida para la mayoría. Cuando accedemos a un puesto de trabajo o cerramos un acuerdo empresarial, se nos siguen planteando cuestiones cómo, ¿está usted casada?, ¿embarazada? La maternidad sigue siendo un obstáculo, en ocasiones insalvable, para la consolidación y el futuro de nuestros negocios, incluso la financiación pública y privada para nuestros proyectos emprendedores es insuficiente; la lista sería interminable.
Si nos comparamos con otras mujeres del planeta, la situación nuestra en España supone un privilegio; pero -la cruda realidad- mientras no cambiemos la educación impartida, ciertas connotaciones culturales y, desde la infancia, no se fomenten valores olvidados como la igualdad, el respeto y los derechos individuales, seguiremos viviendo en una sociedad hipócrita y machista, que nos relega a un segundo plano forzoso en todos los ámbitos. Nosotras continuaremos dando la batalla para que la equiparación en cuanto a oportunidades y representación entre ambos sexos sea una realidad.

Canto:
Evangelio: Mateo 20, 17-28

En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los doce les dijo: “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén y el Hijo del Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los letrados, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen, y al tercer día resucitará”. Entonces se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. El le preguntó: “¿Qué deseas?”. Ella constestó: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. Pero Jesús replicó: “No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?”. Contestaron: “Lo somos”. El les dijo: “Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre”. Los otros diez, que lo habían oído todo, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: “Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para dar su vida en rescate por muchos”.

Canto:

Padre Nuestro

Oración final

Siempre hay un rayo de luz que se cuela por alguna rendija para iluminar nuestra vida. La luz nos espera, a pesar de nuestras zonas de sombras y de nuestro apartarnos de la luz. Concluimos con Francisco diciendo: Te adoramos

Canto