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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 15/09/2005

Oración Comunitaria 15/09/2005

1.-Escuela de oración (Contemplar el mundo con los ojos del Espíritu)

…Se puede decir que la contemplación es la manera de mirar, de observar, de descubrir y de reconocer con los ojos espirituales de la fe la presencia real de Dios en este mundo. Las apariencias externas, de carne y de materia, llegan a ser una posibilidad de ver en profundidad el misterio de Dios. El mundo creado se vuelve transparente para reconocer las huellas de Dios. El cristiano vive la propia capacidad contemplativa mirando el mundo creado con ojos espirituales para descubrir en profundidad todos los signos que hablan de Dios. También la historia misma de la humanidad, de la Iglesia y de la propia vida, habla de la presencia vivificante y salvífica de Dios. Detrás de los acontecimientos de la historia, se reconoce el plan de Dios. La única premisa para la contemplación son los ojos espirituales, es decir, la capacidad de ver todo con los ojos del Espíritu. Esta premisa nos lleva a la necesidad de “tener el Espíritu del Señor y su santa operación.

2.- Canto: Veni Sancte Spiritus ( al alguno del Espíritu)

3.-Salmo: Saludo de San Francisco a la bienaventurada Virgen María
¡Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, virgen hecha iglesia, elegida por el santísimo Padre del cielo, consagrada por él con su santísimo Hijo amado y el Espíritu Defensor, en ti estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien!
¡Salve, palacio de Dios! ¡Salve, tabernáculo suyo!
¡Salve, casa suya! ¡Salve, vestidura suya!
¡Salve, esclava suya! ¡Salve, Madre suya! y, ¡salve, todas vosotras santas virtudes, que, por la gracia e iluminación del Espíritu Santo, sois infundidas en los corazones de los fieles, para hacerlos, de infieles, fieles a Dios!

4.-Canto: La confianza he puesto en Dios

5.- Noticia: La congregación religiosa de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl resultó ayer galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2005, tras imponerse en las últimas votaciones a las otras dos finalistas, la Organización Nacional de Trasplantes y la Organización Internacional del Trabajo.
El jurado destacó «la promoción en todo el mundo de los valores de la justicia, la paz y la solidaridad» llevada a cabo por esta congregación, fundada por San Vicente de Paúl en 1633, y que actualmente está presente en 93 países de los cinco continentes. «Con este galardón se reconoce la extensa labor humanitaria y social que abarca diferentes obras y servicios. Trabajan con los niños de la calle, jóvenes sin apoyo familiar o social, víctimas de la guerra, refugiados, enfermos de sida o de lepra, disminuidos físicos y mentales, drogadictos, presos, mujeres maltratadas, ancianos en soledad, transeúntes, personas sin techo o emigrantes».
La noticia fue acogida con alegría contenida por las religiosas, quienes se vieron desbordadas por el aluvión de llamadas y visitas que recibieron tras la consecución del galardón. Decía una de las hermanas: «Por supuesto que estamos contentas», «pero que quede muy claro: esto no es nuestro ni se nos va a subir a la cabeza. Vamos a seguir haciendo nuestro trabajo hoy y todos los días». No obstante, ayer fue un día especial en todas las casas de las Hijas de la Caridad: las hermanas se abrazaban y besaban al cruzarse por los pasillos, e incluso los transeúntes que participan en programas de reinserción, o los abuelos que acuden al centro de día sonríen «porque el premio también es suyo».
«Para nosotros este premio supone un homenaje no a nuestra labor, sino a nuestros hermanos empobrecidos de toda la Tierra, que son nuestra razón de ser. «Los pobres son los grandes olvidados, tanto en el siglo XVII -momento en que se funda la congregación- como en pleno siglo XXI. No sólo debemos luchar por erradicar el hambre, sino por reconocer los derechos y la dignidad de los más desfavorecidos».
La teoría de «no dar un pez, sino enseñar a pescar» es una de sus señas de identidad «San Vicente decía que nuestros claustros debían ser las calles de las ciudades», y la realidad demuestra que esta sociedad apostólica ha hecho del mundo su lugar de misión y oración. Así, no es extraño ver a religiosas de esta congregación junto a los afectados por el tsunami (los 50.000 euros del premio serán destinados a un hogar para los niños que quedaron huérfanos tras la catástrofe natural) o, en la actualidad, en Nueva Orleáns. India, Libia, Angola, Bolivia, Camerún, Ghana, Ruanda, Haití, Honduras, Madagascar o Mozambique son otros rincones donde las Hijas de la Caridad atienden a toda clase de desfavorecidos, desde presos a niños abandonados, pasando por enfermos de sida, lepra o tuberculosis, ancianos y mendigos. También en los países ricos, donde existen los «nuevos rostros de la marginación», reflejados en la inmigración, la drogodependencia o las mujeres maltratadas. Allí «donde quiera que se oiga el clamor de los pobres», como reza uno de sus lemas.

6.-Canto:

7.-I Co 12,31-13,13
Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y Aun os voy a mostrar un camino mejor. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; sino tengo amor, de nada me sirve. El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de predicar? -se acabará. ¿El don de lenguas? –enmudecerá. ¿El saber? –se acabará. Porque inmaduro es nuestro saber e inmaduro nuestro predicar; pero cuando venga la madurez, lo inmaduro se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo de adivinar; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora inmaduro, entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Canto: Ubi Charitas

Oración de salida: Conecta con Dios cuando estés en contacto con la naturaleza, cuando estés con los amigos o en familia, cuando estés a solas. El siempre está a la escucha. No trabajes sólo por El, aprende a gozar estando con El. Y pon el adjetivo “samaritano a tu comunidad cristiana, a tu familia, a tus amigos, a tu corazón. Además de quedar bonito, tiene y comunica el buen olor de Jesús