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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 14/11/2019

ORACIÓN 14-11- 2019

Escuela de Oración:
Nos reunimos al final del día para orar al Padre. Cuando oramos elegimos lo que ocupa nuestro corazón y la forma en que queremos vivirlo. Elegimos la percepción, la paz, la aceptación, la escucha, la gratitud, y la mirada amorosa de la realidad. Cuando oramos nos hacemos además más hijos del Padre, porque ponemos en sus manos las alegrías, las dudas, o las penas, y confiamos en su ayuda. Y también porque hacemos recuento de su cuidado amoroso y lo experimentamos.
Que el silencio, la música y los textos de esta tarde nos ayuden a rezar, a poner en orden nuestro corazón y nuestras prioridades, y salgamos de la Capilla del Cristo de San Damián listos para llevar una vida buena.

Con Francisco decimos…

Primera Lectura (Libro de la Sabiduría 6, 1-11):
Escuchad, reyes, y entended; aprended, gobernantes de los confines de la tierra. Prestad atención, los que domináis multitudes y os sentís orgullosos de tener muchos súbditos: el poder os viene del Señor y la soberanía del Altísimo. Él examinará vuestras acciones y sondeará vuestras intenciones; Porque, siendo ministros de su Reino, no gobernasteis rectamente, ni guardasteis la ley, ni actuasteis según la voluntad de Dios. Terrible y repentino caerá sobre vosotros, porque un juicio implacable espera a los grandes. Al más pequeño se le perdona por piedad, pero los poderosos serán examinados con rigor. El Dios de todo no teme a nadie, ni lo intimida la grandeza, pues él hizo al pequeño y al grande y de todos cuida por igual, pero a los poderosos les espera un control riguroso. A vosotros, soberanos, dirijo mis palabras para que aprendáis sabiduría y no pequéis; Los que cumplen santamente las leyes divinas serán santificados, y los que se instruyen en ellas encontrarán en ellas su defensa. Así pues, desead mis palabras; anhelad y recibiréis instrucciones.

NOTICIA 1 ‘Elecciones Generales y Elecciones Personales’.
Agus Couto Picos, sj.
El domingo pasado votamos. Volvimos a estar de nuevo inmersos en unas Elecciones Generales con gran revuelo por varios motivos: la cuarta vez en cuatro años, la pobre lectura que parecen haber hecho nuestros políticos de los resultados electorales anteriores, el gasto económico... y así un montón de cosas.
Y escuchando algo de este tema político, me llamó la atención la palabra ELECCIONES, pero desde una óptica más personal.
¡Y es que nuestra vida está llena de elecciones!
Algunas de estas elecciones son más trascendentales (opciones de vida, profesión, amistades...) y otras elecciones, en principio, más insignificantes en el devenir diario.
Pero es importante que no nos engañemos pensando que con tomar las elecciones más trascendentes de nuestras vidas ya está. Al contrario, yo creo que donde nos la jugamos totalmente es en las elecciones que tomamos día a día. Es ahí, en las elecciones diarias,
donde debemos de estar alerta para tomar los caminos adecuados que refuerzan las elecciones más importantes de nuestra vida. Seguramente en política pase lo mismo... son muy importante las Elecciones Generales pero no menos importante las elecciones que tendrán que hacer diariamente durante toda la legislatura (y ojalá las tomen con seriedad).
Pero volvamos a nosotros. Desde la mañana a la noche, estamos eligiendo entre vivir agradeciendo o exigiendo, esperanzados o agobiados, confiados o desconfiados, vivir dando o quitando, usando palabras que unan o dividan, ofreciendo gestos que crean puentes o los destruyen, actitudes que trasmitan misericordia o condena... y todo ello son elecciones personales que hacemos cada día y que tienen que ser independientemente de las circunstancias o situaciones que tengamos que vivir, no valen excusas.
Por ello cada día, según las elecciones diarias que tomemos, reforzamos nuestras decisiones más vitales y reforzamos nuestro compromiso de vida al estilo del Evangelio.

EVANGELIO: Lucas 4, 14-22
Jesús volvió a Galilea con el poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor". Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír». Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es este el hijo de José?».

SALIDA:
Que la oración que hemos compartido nos empuje a la vida llenos de fe y amor por la experiencia de la comunicación auténtica con el Padre. Como dice Miguel de Unamuno:
“Creo en Dios como creo en mis amigos, por sentir el aliento de su cariño y su mano invisible e intangible que me trae y me lleva y me estruja, por tener íntima conciencia de una providencia particular y de una mente universal que me traba mi propio destino“

Con María terminamos diciendo: Proclama mi alma…