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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 15/06/2017

Oración 15/06/17

Entrada
Nadie ama tanto como el que entrega su vida por los demás. El pan y el vino bendecidos y repartidos son el símbolo de lo que Jesús hizo con su vida y lo que nos pide que hagamos nosotros con la nuestra.
Él es nuestro camino de vida, la luz que alumbra nuestras noches y días, el agua que nos refresca en vuestras fatigas, la puerta que os da entrada y acogida, la raíz vitalizadora de todas nuestras empresas, el amigo y guía que siempre nos hace compañía... Pero también es el viento que nos empuja siempre fuera, la verdad que rompe todos nuestros esquemas.
Compartir y servir a los demás, ese es el verdadero sacramento de la eucaristía.

Salmo 116
Amo al Señor, porque él escucha
el clamor de mi súplica,
porque inclina su oído hacia mí,
cuando yo lo invoco.
Los lazos de la muerte me envolvieron,
me alcanzaron las redes del Abismo,
caí en la angustia y la tristeza;
entonces invoqué al Señor:
"¡Por favor, sálvame la vida!".
El Señor es justo y bondadoso,
nuestro Dios es compasivo;
El Señor protege a los sencillos:
yo estaba en la miseria y me salvó.
Alma mía, recobra la calma,
porque el Señor ha sido bueno contigo.
Él libró mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas y mis pies de la caída.
Yo caminaré en la presencia del Señor,
en la tierra de los vivientes.

Noticia
Un granadino de la diminuta población de Huéneja, impulsa una revolución educativa en Honduras desde hace 25 años. Ese hombre ha sido propuesto ahora para el Premio Princesa de Asturias de la Concordia y responde al nombre de Patricio Larrosa. Ha puesto en marcha colegios, guarderías y casas para que jóvenes de las zonas rurales indígenas puedan estudiar. Casi 10.000 estudiantes se han beneficiado de su labor. La ONG creada por el padre Patricio se llama Acoes (Asociación Colaboración y Esfuerzo) y se impulsa con mucha ayuda granadina y con otros 25 grupos de apoyo en España. También hay colaboradores en Canadá, Francia y Alemania.
Esa misión de servir a los pobres hondureños ha motivado al embajador de España en Tegucigalpa a proponer al sacerdote para el Premio Princesa de Asturias. «Tiene unas virtudes muy claras, la primera es que está concentrado en las zonas más marginales», dijo ayer el diplomático.
Patricio comentaba tras recibir la noticia: «Está bien, está bien la candidatura... Ahí vamos. A ver si se logran nuestros objetivos, porque educar a alguien cuesta mucho tiempo, al menos 20 años. Ya tenemos a más de 200 jóvenes en la Universidad y eso da justicia y satisfacción».
Patricio cuenta que desde que era pequeño tuvo la inquietud de poder ayudar a los demás.
El sacerdote nunca pensó que llegaría a realizar una labor tan importante. «Ha sido la gente la que me ha ido empujando. Yo colaboro para que esto funcione pero ha sido una iniciativa de la gente pobre de Honduras que no podía estudiar. Empezamos a ayudarles y ellos se ofrecieron para ayudar a otros que también lo necesitaban», explica. «La fundación la llevan personas que han recibido primero esa ayuda y luego la devuelven a la fundación».
Otro motivo de la candidatura es la cantidad de voluntarios españoles que acuden al país centroamericano, donde invierten mucho tiempo de manera silenciosa. «Vienen a pasar sus vacaciones ayudando, desde médicos, hasta profesores de universidad y estudiantes», añadió Albero. Desde Granada, unas 40 personas se desplazan cada año para impulsar los proyectos de Acoes. «Creo que hacen una labor maravillosa y por eso se merecen un premio. El año pasado 140 voluntarios de España y EEUU colaboraron en Honduras», describió el embajador.
«Es una de las principales organizaciones humanitarias de Honduras, en comunidades remotas y marginales. Atienden a niños, jóvenes, madres y ancianos a través de un programa de formación en valores. La fundación es operada y gestionada por estudiantes becados en edades entre los 14 y 30 años, apoyados por un grupo de misioneros españoles».
En las dos orillas, el fundador de Acoes afirma: «La única solución siempre es compartir y cada día es una oportunidad nueva para compartir, para servir».

Evangelio: Juan 6, 51-58
Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo." Discutían entre sí los judíos y decían: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" Jesús les dijo: "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre."

Salida
Te damos gracias, Padre santo, por Jesús, tu pan, tu vino. Por quien te hemos conocido, por quien sabemos vivir, por quien mantenemos la esperanza, por quien podemos sentirnos como hermanos. Queremos hacer en todo tu voluntad para que se haga realidad tu proyecto de mundo. Enséñanos a compartir lo que nos diste, que aprendamos de Ti a perdonar de corazón y danos fuerza para transformar nuestra vida y trabajar para construir tu Reino.