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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 16/03/2017

ORACIÓN COMUNITARIA.JUEVES 16 DE MARZO DE 2017.
Podemos disimular todo.Podemos estar radiantes por fuera y quemados o destrozados por dentro. La cuaresma quiere ayudarnos a darnos la vuelta.Lo difícil es siempre llegar al interior: dar la vuelta al corazón. Hay muchas cosas que se resisten a cambiar en nosotros. Muchas de las que nos decimos “esto es mejor no tocarlo”. Quizás, precisamente esas cosas que “es mejor no tocar”, son las que más necesitan ser retocadas. La oración es la que nos hace poner todo en revisión y nos indica qué es lo que tiene que ser retocado en nuestra vida.
Pongámonos delante del Padre con sencillez,tal y como somos y digamos junto a Francisco: ¡Oh alto y Glorioso Dios…!

SALMO 143
 Señor, escucha mi oración;
pon atención a mi súplica.
¡Respóndeme, pues tú eres justo y fiel!
 Me encuentro totalmente angustiado;
turbado tengo el corazón.
 Hacia ti tiendo las manos,
sediento de ti, cual tierra seca.
 Señor, ¡respóndeme pronto,
pues ya se me acaba el aliento!
No me niegues tu ayuda.
 Por la mañana hazme saber tu amor,
porque en ti he puesto mi confianza.
Hazme saber cuál debe ser mi conducta,
porque a ti dirijo mis anhelos.
 Líbrame, Señor, de mis enemigos,
porque en ti busco refugio.
 Enséñame a hacer tu voluntad,
porque tú eres mi Dios.
¡Que tu buen espíritu me lleve
por un camino recto! 

NOTICIA: 
Alberto de Mingo y Eugenio Pérez están terminando la licenciatura de Teología. Entraron en el seminario con sus tira y afloja hasta dar el sí definitivo a Dios.
Hay dificultades y, por eso, es importante elegir bien los destinos de los seminaristas y acompañarlos adecuadamente. Para Eugenio, la primera dificultad es uno mismo y también que «el Seminario te ha preparado de una forma y la sociedad va por otro camino». «Al salir a las parroquias nos encontramos con la situaciones difíciles, es entonces cuando las tenemos que afrontar con responsabilidad, también equivocarnos y pedir perdón», explica, al tiempo que reconoce que la relación con los sacerdotes también tiene sus complicaciones por la convivencia o los modos de hacer.
Tanto Alberto como Eugenio están en esa etapa porque han hecho un recorrido en el seminario donde el discernimiento es fundamental. José Antonio, uno de los directores espirituales, lo atestigua diciendo que la principal tarea del seminario es ayudar «a verificar esa llamada en la vida a través del discernimiento, para buscar la voluntad de Dios y vivir conforme a ella». Y añade: «El sacerdote es un discípulo que se va formando a lo largo de su vida. El seminario solo es la etapa inicial de esa formación y, por ende, la ordenación sacerdotal no es el final, sino el principio. Soy partidario de que los seminaristas sepan: poner a Jesucristo en el centro, tener una vida espiritual fuerte, una formación teológica profunda y una experiencia de vida comunitaria».
Misericordia es la palabra que Eugenio y Alberto tienen en la boca para responder a la pregunta de cómo debe ser el sacerdote de nuestro tiempo. «Ser el sacerdote perfecto es una ilusión. Jesús era perfecto y cayó mal a la gente. Pensarse como un sacerdote ideal, que haga todo bien, es una pérdida de tiempo. Lo importante es la misericordia y la fidelidad en el día a día, en lo cotidiano, en la entrega a los demás, en la oración… Y eso sí se nos puede pedir», subraya el primero. Para Alberto, «la misericordia es clave, como dice el Papa Francisco; misericordia, acogida, cercanía…». 

EVANGELIO: Lucas 6,39-42
 Jesús les puso esta comparación: “¿Acaso puede un ciego servir de guía a otro ciego? ¿No caerán los dos en algún hoyo? El discípulo no es más que su maestro: solo cuando termine su aprendizaje llegará a ser como su maestro.
 “¿Por qué miras la paja que tiene tu hermano en el ojo y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si no te das cuenta del tronco que tienes en tu ojo, ¿cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Hermano, déjame sacarte la paja que tienes en el ojo'? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu ojo y así podrás ver bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.

ORACIÓN COMPARTIDA

PADRENUESTRO
Convertirse no es ser como tal persona.Convertirse es ser tú: tú,con tu originalidad,con tu personalidad,con todo eso que puedes ser, si de verdad te decides a serlo.Convertirse es ser lo mejor que podemos ser.Los modelos que tenemos delante no son para compararnos, sino para animarnos a ser como ellos se animaron a ser.
Lo que Dios quiere de ti es que seas tú mismo.Te quiere en toda la originalidad que eres.Sin añadidos,sin imitaciones.
Con Francisco terminamos diciendo: ¡Te adoramos…!