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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 29/12/2016

Oración 29 de diciembre de 2016

Introducción.
No es posible celebrar la Navidad sin mirar de cerca los lugares donde sufren nuestros hermanos, soñando y trabajando por la paz. En cada sufrimiento nace Jesús y nace la esperanza gracias a personas que, como Jesús, ponen amor donde no lo hay y tutelan la dignidad de toda vida humana con los gestos solidarios. El espíritu de reconciliación y comprensión recíproca se mantienen vivos gracias a la entrega de muchos hermanos y hermanas, que quieren estar cerca del sufrimiento y celebrar ahí la Navidad. Que el Espíritu de Jesús, presente en la Navidad, nos ayude a orar mirando cada situación humana, escuchando los gritos de dolor, compartiendo con los pobres, encontrando fuerza interior para acompañar a los que están perdidos.   

¡Oh alto y glorioso Dios!...

Canto:

Salmo (95)
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones; porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo; honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda; decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente».
Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,    aclamen los árboles del bosque […]              

Canto:

Noticia. «Ahora podemos dormir tranquilos»
«Queremos que esta Navidad sea festiva para todos», dice desde Alepo el hermano marista Georges Sabé. Los niños que acuden al centro de esta congregación están entre los que van a recibir las 3.000 cartas y felicitaciones de Navidad que Pequealfa y Radio María les envían desde España. Este año, por fin, se ven algunas luces de Navidad. «Las han puesto nuestros chicos. Son pequeños signos de que queremos resucitar», dice Sabé.
La catedral maronita de San Elías se llenará este domingo de gente para celebrar la Navidad. «Se ha invitado a todos los cristianos», El 26, los jóvenes «harán una procesión de coros con velas para cantar en otra plaza en la que hay varias iglesias. Llevamos años sin poder ir a estos lugares», situados en el casco histórico de la ciudad.
«A veces parece que en Siria siempre es invierno, pero nunca Navidad», lamentaba la semana pasada el cardenal Luis Antonio Tagle, presidente de Caritas Internacional. Estos días, en Alepo, empiezan a asomar, tímidos, los primeros árboles y luces.
La paz queda lejos aún. Pero, al menos, «podemos dormir tranquilos, sin bombardeos ni de un lado ni del otro», subraya el hermano Sabé. Para el franciscano Firas Lufti, «ha sido una liberación. Con los dos frailes menores de su comunidad viven, desde 2014, 20 ancianos cuya residencia fue bombardeada.
los cristianos no vivían en el este, y los que estaban en la línea divisoria huyeron. Los que hay, se concentran en el oeste. En la zona de Shahbata al Jadida, donde están las Servidoras, «quedan muy pocas familias cristianas». Las que tenían más recursos «se marcharon. Los que se quedaron sobreviven gracias a la Iglesia» en barrios como Sulimaneia, Midan, Gibrail y Azizeia. Al visitarlos, «hemos tenido más contacto con la triste realidad de la guerra y a la vez con la inmensa riqueza que es tener fe. Sin ella, muchos cristianos habrían desesperado».
En definitiva, queda mucho por hacer y hace falta mucha ayuda. «Reconstruir las piedras seguramente será lo más fácil. Mucho más difícil es reconstruir al hombre, que ya no confía en el otro –matiza fray Firas–. «…hay que recuperar también la imagen de la persona humana, de las relaciones: el otro no es enemigo; es un amigo, un hermano».
En esta tarea, el hermano Sabé está convencido de que «los cristianos podemos jugar un papel importante. Estos días ya estamos hablando de perdón con la gente. Ellos expresan su miedo, pero también su deseo de pasar esta página tan negra». Los maristas apuestan por unir a la gente en iniciativas comunes. «En la educación podemos hacer mucho. Por ejemplo, ofrecer espacios para estar juntos» cristianos y musulmanes, del este y del oeste.
                                                'ABC - Alfa y Omega' - 2016-12-22

Canto:

Evangelio (Lc 2,6-14)
Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.
Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El Ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y de pronto se juntó con el Ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace».
                                                                               Palabra del Señor.

Salida.
La Palabra se hizo carne, para hablar en gestos y profetizar amores. Se hizo frágil, para romper certidumbres y derribar fortalezas. Se hizo niño para crecer aprendiendo y enseñar viviendo. Se hizo voz, en el llanto de un crío y en las promesas de un hombre. Se hizo brote que en el suelo seco apuntaba hacia la Vida. Se hizo amigo para anular soledades y trenzar afectos. Se hizo de los nuestros para enseñarnos a ser de Dios.
                                                                          J. María Olaizabal, sj.

Te adoramos, Santísimo Señor Jesucristo, …