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Etiquetas: oración del jueves

Oración Comunitaria 04/11/2004

1. Escuela de Oración: Oraciones diversas:
106.- Queremos también decir alguna palabra sobre otras formas de oración que, para no pocos, pueden ser camino para elevar su alma hasta Dios.

• Oración mariana
107.- Siempre ha habido en nuestro pueblo una devoción grande y sincera a María. Son bastantes los que, en momentos de especial importancia o dificultad, acuden a ella de forma espontánea.

María, antes que nada, ha de ser para nosotros modelo de oración cristiana. Ella nos puede enseñar a buscar y aceptar en la oración la voluntad de Dios incluso cuando no entendemos nada de lo que nos está ocurriendo: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra” (Lc 1, 38). Ella nos puede iniciar a descubrir en nuestra vida motivos para la alabanza a Dios: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador” (Lc 1, 46-47). De ella aprendemos también a quejarnos al Señor en momentos de oscuridad y búsqueda: “Hijo, ¿por qué hiciste esto con nosotros?” (Lc 2, 48). María nos enseña a orar intercediendo por los necesitados: “Dijo a Jesús: No tienen vino… Haced lo que él os diga” (Jn 2,3.5). Ella es modelo de meditación e interiorización del misterio cristiano: “María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón” (Lc 2, 19)

2. Canto de entrada:


3. Salmo 144:
Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.
Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, y merece toda alabanza, es incalculable su grandeza.
Una generación pondera tus obras a la otra y le cuenta sus hazañas; alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.

4. Canto: Laudate omnes gentes

5. Noticia: Niños que necesitan soñar:
“A mi mamá le gustan las cosas muy limpias. Por eso limpia los cristales de todos los coches que se paran en los semáforos”. Dice Maca. “Mi papá es coleccionista y explorador”, continua. Por eso revuelve los cubos de basura en busca de cartones y cachivaches que luego vender en una cacharrería, le falta añadir. No lo hace porque se ve en la película. Maca es una niña de tres años. Argentina, de Córdoba. Parece muy lista y simpática. Sus dos coletas, tiesas, se dibujan pizpiretas en el horizonte. Sus ojos brillan de manera mágica sobre la mugre que maquilla su cara, desafiando a una realidad indolente que pasa por su lado, ignorándola. Maca vive, según dice, en la ciudad más bonita del mundo, y en la casa más bonita del planeta. También tiene los mejores papás. Y los hermanos más divertidos. Maca sueña. Para ella, todo es un juego: heredar la ropa y nunca estrenarla, malcomer siempre lo mismo, vivir en una chabola entre riachuelos de agua emponzoñada, mirar las muñecas, limpias y enteras en los escaparates de las tiendas mientras ella se entretiene con restos de anatomías de plástico. Todo es un juego para Maca. No puede entenderlo de otra manera, por suerte para ella. Hasta que, de repente, algo se tuerce. Se oyen golpes, gritos, su padre desaparece, su madre también, el hermanito se va con lo amigos, de noche, a jugar a correr delante de la policía… Maca se queda sola. Su pequeño mundo se desvanece. Ya no irá más a por su ración de leche y pan al horno del barrio, ni a cantar y a bailar en las calles de Córdoba, con un gorrito en el que los hombres de la ciudad echan monedas. De repente, todo se quiebra. ¿Dónde está su mamá, que la protege?. 600 millones de niños y niñas viven en la pobreza absoluta. Los niños tienen necesidad de soñar; de transformar, con su mirada limpia, la vida en un cuento dulce. Necesitan pensar que todo está bien, que su mundo es chiquito, tranquilo y feliz; protector e invulnerable, sea cual sea. Eterno. Ravi, Maca, Nancy, Binta, todos sueñan. Y así lo muestra UNICEF en la película En el mundo, a cada rato, un magnífico filme compuesto por cinco historias, cinco miradas de sendos directores españoles sobre otras tantas realidades de la infancia en la India, Guinea ecuatorial, Argentina, Perú y Senegal. Realidades que se llaman sida, malaria, explotación laboral, prostitución, violencia, malos tratos, desestructuración familiar, pérdida de identidad, desarraigo, droga,… Realidades de las que no debemos huir, ante las que no debemos doblegarnos echando la vista a otro lado. Y que en esta ocasión se cuentan con tanto respeto, cariño y humor que conmueven sin dramatizar, buscan la justicia sin adoctrinar y divierten al espectador al margen de frivolidades

6. Canto: Da pacem cordium

7. Evangelio: Lc 15, 1-10
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos: “Ese acoge a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo esta parábola: “Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegara casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una ¡no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta”

8. Canto: Me levantaré e iré a mi Padre; le declararé: Te amo, Señor


9. Peticiones

10. Padre Nuestro

11. Canto de salida: Magnificat